Para la fiesta de cumpleaños de
Bart, Homer le regala una radio con la que el niño les juega bromas a su padre
y a otros ciudadanos. Un día, decide arrojar la radio en un viejo pozo y le
hace creer a la gente que hay un niño pequeño atrapado dentro. Al principio lo
logra, pero luego se da cuenta de que había colocado una etiqueta que dice
"propiedad de Bart Simpson" en la radio, por lo que va a recuperarla.
En el proceso, queda atrapado en el pozo y mientras que la ciudad decide
dejarlo ahí, Homer va a salvarlo.
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